Cultura y Patrimonio Vicerrectorado de Cultura y Proyección Social
País: Estados Unidos Año: 1973; Duración: 97 min; Color
Dirección: Richard Fleischer
Guion: Stanley R. Greenberg basado en la novela “Make Room! Make Room!” de Harry Harrison
Fotografía: Richard H. Kline
Música: Fred Myrow
Dirección artística: Edward C. Carfagno
Decorados: Robert Benton
Vestuario: Pat Barto
Montaje: Samuel E. Beetley
Intérpretes: Charlton Heston, Leigh Taylor-Young, Chuck Connors, Joseph Cotton, Brock Peters, Paula Kelly, Edward G. Robinson, Stephen Young, Mike Henry, Lincoln Kilpatrick, Roy Jenson.
Sinopsis: En el año 2022 la población de Nueva York es de cuarenta millones de habitantes que, en general, viven en condiciones miserables. Para combatir el hambre se han creado alimentos sintéticos, fabricados por la empresa Soylent Corporation que acaba de presentar su último y mejor producto: el soylent green. Mientras, Thorn, un policía encargado de investigar el asesinato de un directivo de la compañía, y el viejo Roth, un superviviente de otra época, sospechan que detrás del nuevo alimento hay algo más, algo inquietante…
Uno de los más graves problemas con el que se enfrenta la humanidad hoy día es la explosión demográfica. La población de la Tierra aumenta exponencialmente, al mismo tiempo que los recursos naturales se van agotando. Esta es una realidad a la que, hasta la fecha, no le hemos prestado la debida atención, a pesar de las catastróficas consecuencias que puede llegar a tener para el futuro del género humano. Y es precisamente de ésas posibles consecuencias de lo que trata Cuando el destino nos alcance, una de las visiones futuristas más aterradoras y verosímiles que ha ofrecido el cine norteamericano.
La acción de la película (basada en la novela ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! de Harry Harrison) se sitúa en el Nueva York del año 2022, una macrópolis de 40 millones de habitantes. En esta época, lejana cuando se realizó el film, el hombre ha sobreexplotado los recursos del planeta hasta agotarlos casi por completo. Toda la población mundial come lo mismo: un alimento elaborado a base de algas marinas llamado Soylent, pero no se produce suficiente cantidad y el fantasma de la muerte por hambre se abate sobre la humanidad. La compañía productora del Soylent saca entonces al mercado un nuevo producto, el Soylent Green, mucho más completo y nutritivo que el anterior. Pero casi al mismo tiempo, Simonson (Joseph Cotten) uno de los directivos de Alimentos Soylent, es asesinado. Un agente de policía, Thorn (magistralmente interpretado por Heston) se ocupa de investigar este crimen. En el curso de sus indagaciones, Thorn descubrirá el espantoso secreto que encierra la composición real del Soylent Green.
La sociedad retratada por la película está en plena decadencia. El replanteamiento de la lucha de clases queda estupendamente sugerido por la imagen de una gran ciudad partida por la mitad por el cauce seco de un río, que separa las zonas donde malviven los pobres de las áreas en las que moran los ricos. La involución social alcanza cotas inimaginables, tales como el que las mujeres sean consideradas poco menos que objetos que se heredan con los apartamentos de superlujo que van quedando vacíos al morir sus propietarios. Con todas estas ideas, y otras muchas perfectamente integradas en el conjunto del film, Fleischer consigue crear un impresionante y descorazonador fresco futurista.
Cuando el destino nos alcance se beneficia tanto de un reparto excepcional como de un guion excelente. Fleischer, uno de los mejores directores norteamericanos, con obras tan interesantes en su filmografía como Los vikingos (1954), 20.000 leguas de viaje submarino (1954), Viaje alucinante (1966) y Los nuevos centuriones (1972), encara la puesta en escena de la película muy cuidadosamente. Abundan las escenas inolvidables. Los primeros planos de Robinson y Heston dándose un banquete de auténtica comida, mientras escuchamos música clásica; la represión de la revuelta, con las palas de los camiones cargando literalmente a los manifestantes en las cajas de los mismos, como si de reses para el matadero se trataran… Es una película llena de imágenes poderosas. Pero la más impresionante de todas es la del suicidio de Roth (Edward G. Robinson, en su último papel para el cine). El viejo judío ha decidido quitarse la vida al descubrir el espantoso secreto del Soylent, que revela a Thorn, y muere lentamente ante una gran pantalla que proyecta vistas idílicas del mundo de antaño, con Vivaldi como música de fondo.
Una película inquietante y aterradora, con un mensaje plenamente vigente aún hoy, casi cincuenta años después de su estreno. Una pequeña joya de la ciencia-ficción que, además, nos invita a reflexionar sobre nuestro incierto futuro. Un futuro que, no lo olvidemos, creamos nosotros mismos.
https://www.ciencia-ficcion.com/opinion/op01104.htm
Más información en:
http://ciclos-decine.blogspot.com/2012/09/soylent-green-cuando-el-destino-nos.html
http://www.cinearchivo.net/site/Fichas/Ficha/FichaFilm.asp?IdPelicula=1538
http://universodecienciaficcion.blogspot.com/2012/11/1973-cuando-el-destino-nos-alcance.html
Adjunto | Tamaño |
---|---|
![]() | 8.57 MB |
Área de Cultura. Edificio Paraninfo. Pza. Basilio Paraíso, 4. 50005 Zaragoza 976 762 609
cultura@unizar.es / Atención al público: lunes a viernes 9:00 a 14:00 h
Oferta de estudios
Perfiles