La isla misteriosa (The Mysterious Island) (Ciclo 'Joyas del cine mudo: Benjamin Christensen')

País: Estados Unidos Año: 1929       Duración: 93 min.       B/N

Dirección: Lucien Hubbard.

Guión: Lucien Hubbard basado en la novela de Jules Verne.

Fotografía: Percy Hilburn.

Música: Martin Broones y Arthur Lange.

Dirección artística: Cedric Gibbons.

Montaje: Carl L. Pierson.

Intérpretes: Lionel Barrymore, Jane Daly, Lloyd Hughes, Montagu Love, Harry Gribbon, Snitz Edwards, Gibson Gowland, Dolores Brinkman.

Sinopsis: En una isla volcánica cercana al reino de Hetvia gobierna el bondadoso conde Dakkar, líder y científico que ha eliminado las distinciones de clase entre los habitantes de la isla. Dakkar, su hermana Sonia y el novio de ésta, el ingeniero Nicolai Roget, han diseñado un submarino que Roget pilota en su viaje inicial, justo antes de que la isla sea sometida por el barón Falon, despótico regente de Hetvia. Falon persigue a Roget en un segundo submarino, y las dos embarcaciones descubren una tierra extraña poblada por dragones, calamares gigantes y una extraña raza humana jamás descubierta.

Las películas habladas no llegaron a la industria del celuloide de la noche a la mañana. Debido a los recursos variables de los estudios de cine y a los diferentes grados de entusiasmo por el cine sonoro, hubo un período en los años 1920 en el que cine mudo, cine sonoro, y películas que tenían partes sonoras y mudas coexistieron. Algunas películas mudas fueron terminadas pero permanecieron inéditas cuando el film de la Warner, El cantor de Jazz (The Jazz Singer, 1927) comenzó a tener éxito. Para no perder la inversión hecha, a muchos de estos filmes se les añadieron escenas habladas o, incluso, llegaron a hacerse pseudo doblajes (todos recordamos Cantando bajo la lluvia, de 1952, donde de forma cómica se narran esos comienzos del cine sonoro). El film que nos ocupa pasó por este molesto trance, con partes habladas añadidas a la cinta original.

La isla misteriosa está basada en la novela de Julio Verne del mismo nombre, pero sólo parte de su trama se refiere a dicha obra, ya que en realidad se usan elementos de varias de las historias de Verne. En ella nos encontramos con el Conde Dakar (el verdadero nombre de Nemo) que ha construido dos submarinos capaces de navegar bajo el agua. También, en el fondo del mar tiene una ciudad subterránea habitada por extrañas criaturas. Además hay un dragón y un pulpo gigante.

La MGM había concebido la película como un espectáculo cargado de efectos. Para ello fue filmada principalmente en “2-strip Technicolor”, un nuevo proceso. Sólo las espectaculares secuencias submarinas fueron filmadas en blanco y negro. Pero, lamentablemente, dichas impresiones en color no se conservaron. El director fue Maurice Tourneur (padre del futuro director Jacques Tourneur), que había llegado a Hollywood de Francia en 1914 donde estableció su propia productora. Pero por diferencias con el jefe de producción de la MGM, Irving Thalberg, se retiró del proyecto y, poco después regresaría a Francia. Lucien Hubbard completó la película, apareciendo en los créditos como único director, aunque Benjamin Christensen también filmó algunas escenas. 

Entonces llegó El cantor de Jazz y todo cambió. La MGM seguía pensando que el cine sonoro era una moda pasajera, pero añadió a La isla misteriosa escenas con diálogos y efectos de sonido. La revista Variety diría en un titular: “90% color, 5% diálogos”. La película terminó siendo muy costosa, más de 1 millón de dólares. Recibió buenas críticas: The New York Times declaró que “son este tipo de cosas la que hacen que los niños se sorprendan y diviertan. Un fantástico melodrama submarino”. Variety alabó su “riqueza de decorados, trajes, ingenios mecánicos y miniaturas elaboradas. Su grandiosidad y su carácter insólito son incuestionables, con grandes posibilidades en taquilla”. La realidad fue muy diferente. La película recaudó sólo 55.000 dólares, demostrando una gran crisis financiera en toda la industria que daría lugar a la muerte de la ciencia ficción durante muchos años.

La isla misteriosa fue el último film mudo de Lionel Barrymore, a pesar de que habla un poco en ella. Barrymore hizo la transición del cine mudo al sonoro bastante bien, ya que era un actor de Hollywood que tenía experiencia en el teatro. Además, su voz tenía textura, poder,... Estaba preparado. Y aunque muchos en Hollywood desdeñaban al cine sonoro, Barrymore tenía una actitud más práctica. Les dijo a los preocupados ejecutivos de la MGM que el sonido suponía una evolución, no una aberración. Eso le gustó a Irving Thalberg y Barrymore pronto se encontró dirigiendo películas. Trabajó como director de la MGM de pleno derecho durante un año, realizando siete filmes en ese período de tiempo.

Las secuencias submarinas de La isla misteriosa son espectaculares.

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