Cultura y Patrimonio Vicerrectorado de Cultura y Proyección Social
Dirección: Tomás Gutiérrez Alea.
Guión: Tomás Gutiérrez Alea y Ugo Ulive basado en la novela “Dvenadtsat stulyev” de Ilya Ilf y Yevgeni Petrov.
Fotografía: Ramón F. Suárez.
Música: Juan Blanco.
Diseño de producción: Pedro García Espinosa.
Vestuario: Carmelina García.
Montaje: Mario González.
Intérpretes: Enrique Santiesteban, Reynaldo Miravalles, René Sánchez, Pilín Vallejo, Idalberto Delgado, Ana Viña, Manuel Pereiro, Pedro Martín Planas, Raúl Xiqués, Gilda Hernández, Silvia Planas, Ricardo Suárez ‘Tarafa’, Carmen Garrido, Dania Miró.
Sinopsis: Un aristócrata venido a menos con el triunfo revolucionario y su exchófer, buscan desesperadamente una silla donde están escondidos los brillantes de la familia. En abierta competencia con el cura del pueblo, enterado del secreto, los personajes atraviesan las más imprevistas situaciones ya que el juego de doce sillas ha sido subastado por el ministerio de Recuperación de Valores y se encuentran en distintas manos.
Cuba, 1962. Datos muy importantes considerando que el país recién atraviesa un proceso de cambio social y político de brutal magnitud. Tres años después del triunfo de la Revolución Cubana, el filme satiriza una de las problemáticas más cuestionables de dicho proceso, y se refiere a la confiscación de bienes de la clase alta, por parte del nuevo gobierno socialista.
Se trata además del segundo largometraje de ficción del director. En tono de farsa y con mucha frescura, el filme (basado en la novela de Ilya Ilf y Yevgeni Petrov) tiene por protagonista a Hipólito Garrigó (Enrique Santiesteban), un antiguo aristócrata cubano recién despojado de su patrimonio, y Oscar (Reynaldo Miravalles), antiguo miembro de la servidumbre que atendía a Hipólito antes de la confiscación. Juntos, intentan recuperar las joyas de la difunta tía de Hipólito, escondidas en una de doce sillas que ahora se encuentran dispersas en distintos sitios del país.
La búsqueda es nada más que la excusa del joven y creativo Titón Gutiérrez Alea para criticar a una decadente clase alta aferrada a su egoísmo y a sus bienes materiales, carente de los valores representativos de la revolución socialista utópica como son el trabajo, la fraternidad, la honestidad y la valentía.
Así mismo, Titón, como también se conoce al director del filme, aprovecha la presencia de Oscar, el personaje de la servidumbre, para mostrar el correcto camino del pueblo en este proceso revolucionario. Oscar es el ejemplo de cómo ha comenzado y cómo debería terminar el pueblo en este fatídico cambio.
Me parece que Las doce sillas es la película menos simbolista de Gutiérrez Alea. También es verdad que adolece un tanto de panfletaria. Producto de un momento específico de euforia revolucionaria, con este filme Titón no escapó al deseo aleccionador y crítico de naciente cine cubano lleno de ideales y expectativas. Sin embargo, es de apreciar la creatividad y audacia para llevar la farsa a extremos literalmente circenses e insanos.
http://invisiblegazette.tumblr.com/post/96939836310/cinema-mubi-las-doce...
Área de Cultura. Edificio Paraninfo. Pza. Basilio Paraíso, 4. 50005 Zaragoza 976 762 609 cultura@unizar.es / Atención al público: lunes a viernes 9:00 a 14:00 h
Oferta de estudios
Perfiles