Los aragoneses Alberto Castrillo Ferrer, Rafa Blanca y Laura Plano protagonizan el lunes 27 de mayo la sesión 179 de ‘La Buena Estrella’ alrededor de la función 'El sobre verde'

 Los aragoneses Alberto Castrillo Ferrer, Laura Plano y Rafa Blanca  protagonizan el lunes 27 de mayo a las 19.30 h la sesión 179 de 'La Buena Estrella' alrededor de la aclamada función “El sobre verde”, que se representa en el teatro principal de Zaragoza el jueves 30 y viernes 31 de mayo

El lunes 27 de mayo los artistas aragoneses Alberto Castrillo Ferrer, Laura Plano y Rafa Blanca  protagonizarán la sesión 179 de 'La Buena Estrella', el ciclo de coloquios organizado por el Vicerrectorado de Cultura y Proyección Social de la Universidad de Zaragoza.

Los tres invitados hablarán de la función El sobre verde, que, después de ser aclamada en diversos lugares, se representará en el Teatro Principal de Zaragoza el jueves 30 y viernes 31 de MAYO. La función –definida como “opereta cómica con gotas de revista”-, es una versión de la célebre zarzuela que, con música del maestro Jacinto Guerrero, triunfó en la España de los años 20. El prestigioso actor y director Alberto Castrillo Ferrer es el director escénico de esta versión que se presenta en el Principal, protagonizada entre otros por Rafa Blanca y Laura Plano, dos intérpretes aragoneses que llevan décadas demostrando su talento.

 El coloquio se celebrará a las 19.30 h en la Sala Pilar Sinués del Paraninfo de la Universidad (Basilio Paraíso, 4) y será presentado y moderado por el coordinador del ciclo, el escritor, periodista y profesor de la Universidad de Zaragoza Luis Alegre.

Argumento: El sobre verde es una historia picaresca y con alusiones a la modernidad transgresora. La diosa Fortuna, sabedora de que don Nicanor, protagonista y golfo soberano del hampa madrileña, realizó una acción meritísima salvando la vida a una persona, le premia entregándole, dentro de un sobre verde, los vigésimos del gordo de Navidad. Dispone por uno de sus caprichosos decretos que aquellos salgan agraciados en el sorteo y, de este modo, don Nicanor pasa rápidamente desde la más vergonzosa indigencia a una fastuosidad deslumbradora. Don Nicanor atiende pródigo y generoso a los que le ayudaron a mal vivir, triunfa y gasta a manos llenas, cruza los mares, llega a Nueva York y allí finalmente, entre su mala suerte en el juego y las orgías cabaretísticas, ve desaparecer su última peseta.